Hoy quiero empezar una nueva sección del blog. Se va a llamar recetas heredadas porque es donde voy a meter todas las recetas que he «heredado» de distintos miembros de mi familia y que quiero conservar porque me daría mucha pena que se acaben perdiendo en el olvido.
Huevos duros rebozados
Esta primera receta la hacía mi yaya. Es súper sencilla y perfecta para consumir como tapa a centro de mesa o para acompañar alguna carne.
Ingredientes (4 personas):
- 6 huevos (se puede poner sólo uno por persona, pero por experiencia siempre hay alguien que repite :))
- 1 huevo para el rebozado.
- Pan rallado.
- 1 cebolla grande
- 1 tomate grande maduro o un bote pequeño de tomate triturado.
- Aceite.
- Sal.
Preparación:
- En primer lugar hacemos una fritada con la cebolla y el tomate. Cuando ya la tenemos preparada la pasamos por un colador y reservamos el caldo.
- Ponemos los huevos en un cazo, los cubrimos con agua y sal y los ponemos a calentar hasta que el agua hierva. Desde ese momento contamos 10 minutos (12 si los huevos son súper grandes) y listo.
- Preparamos dos platos o bols. En uno ponemos pan rallado y en el otro el huevo batido.
- Cortamos los huevos duros por la mitad (a la larga, ¿eh?) y los rebozamos pasándolos por el pan rallado primero (presionando un poco con la mano para que quede bien pegado) y luego por el huevo batido.
- Ponemos bastante aceite en una sartén y cuando esté bien caliente freímos los huevos unos segundos para que se forme una corteza dorada y crujiente. Los huevos ya están cocidos, así que no necesita más tiempo.
- Para servir echamos el caldo de tomate y cebolla que habíamos reservado por encima de los huevos y listo.
Notas y variaciones:
- Para rebozar los huevos a mí me gusta añadir a veces ajo y perejil al pan rallado.
- Para freír los huevos el aceite debe estar muy caliente. Si no lo está el rebozado no quedará bien crujiente.
- Bañar los huevos con el caldo de la fritada es para que no resulte demasiado seco y darles un toque de sabor. También se podría utilizar toda la fritada sin colar, pero yo prefiero hacerlo así y sacar la cebolla y el tomate aparte porque la receta de mi yaya era así y porque me parece que el plato queda más elegante.
- Si hacéis como yo y reserváis la cebolla y el tomate lo podéis usar para hacer un pisto con atún, rellenar un hojaldre, hacer unas empanadillas… mil cosas. Ya sabéis que no está la cosa como para ir tirando nada.
- Se puede utilizar cualquier otro caldo para bañarlos e incluso servirse sin bañar, tipo croqueta, para aquellos a quienes les gusten más secos.
Comentarios recientes